"Tu forma de ser" [Takachii]

Dedicado: A Nataly. [Lo que te debía]

   Tus ojos siempre me miraron, tus labios solían pronunciar mi nombre. Mis acciones siempre conseguían llamar tu atención, tú siempre estuviste a mi lado, como ningún otro. Lamento no haberte apreciado lo suficiente, pues ahora que estos sentimientos comenzaron a albergarse en este corazón ¿Por qué ahora? …

   En tiempos de juniors la vida era tan fácil, aunque eras lo suficientemente más grande que yo,  tu espíritu de peter pan, nos hizo amigos, los más grandes y apegados, quizá. 

   Cómo extraño tus miradas divertidas, tus sonrisas casi idiotas, realmente alegrabas mi día. Pero nunca te vi más que eso, un amigo. Uno muy bueno.

   Nunca consideré la opción de que me gustaras, nunca lo había pensado así. ¿Habrá sido la edad? No pensaba en esas cosas, hasta que lo escuché de ti.

- Flashback -

—    Takaki, no sigas mintiendo. — Dijo Inoo.

—    Aquí el único mentiroso eres tú.

—     Acepta que te gusta Chinen-kun.

—    ¿Y qué sucede si lo hago? No habrá respuesta de parte de él.

—    ¿Cómo sabes eso?

—    Es un pequeño, por más abrazados que nos veas, si se lo digo, no lo entendería.

—    Pero te gusta.

—    Sí.

-       Fin Flashback –

   Ese día, escuché aquellas palabras en el cubículo del baño. Habías entrado junto con Kei-chan, pensando que no había nadie. Pero erraron y de la peor forma. Recuerdo haber tenido 14 años de aquel entonces.  Sí, no era un “pequeño” o al menos, podía entender eso llamado “amor”.

   Amigo, ¿Sabes cuánto esfuerzo tuve que poner para poder seguir diciéndote así? ¿Sabes cuán fue mi esfuerzo por seguir mirándote con los mismos ojos, olvidando esas palabras?  

Tuve miedo.

   Eres y eras en aquel tiempo una de las personas más importantes para mí, pero yo no sabía si eso era correcto, no te había pensado de otra forma y lamento haber hecho surgir esos sentimientos por mí.

   Quería poder hacerte feliz, porque me importabas, pero realmente no podía hacer fingir a mi corazón con sentimientos inexistentes. Realmente estaba confundido.

   De alguna extraña forma siempre quise llamar la atención, me gustaba hacerlo, siempre  me tomabas en cuenta. Sentí que eras una persona… Incondicional, pero yo siempre quería más.

   Y de aquel día, mis miedos tomaron posesión de mí, alejándome de ti. Comencé a buscar otras personas, quería reemplazarte. Llamaba la atención de los demás, consiguiendo a una persona que pudo casi lograr eso; Yamada.

   ¿Recuerdas por qué sin explicación, comencé a alejarme de ti? Cuando me buscabas en los pasillos, querías hablarme, saludarme. Yo no te podía ver más, me costaba. Comencé a ignorarte, a hacer como que no me importabas, pero un día…

- Flashback –

—    Yuri ¿Podemos hablar?

   Tomaste mi brazo, para obligarme a escucharte.

—    Ni modo de escaparme— Dije esbozando una sonrisa irónica.

—    ¿Qué sucede?

—    ¿Por qué?

   Lamentablemente sabía a que se refería, pero no podía hacerme más que el desentendido.

—    Estás lejano… Si te das cuenta… Ya no somos los amigos de antes, esto ha sucedido por un poco más de un año y no estoy dispuesto a aguantar más, a menos que me digas qué sucede.

—    Yuyan…— Mordí mi labio — Tal vez, llegó lo hora de alejarnos, yo ya he crecido y tal vez, mis gust--

—    ¿Qué cosas estás diciendo? — Me interrumpió.

—    Lo siento mucho.

   Suspiré para seguir mi camino, realmente lo sentía. Cuando se trata de mis cercanos soy muy apegado, lo más parecido a pegamentos con él. Pero ya era hora de un balde de agua fría, no podía crear falsas ilusiones o le dolería más.

—    ¡¿Y así de fácil te deshaces de mí?!

   Escuché sus gritos enrabiados desde el extremo del pasillo. Volteé mi cuerpo y apuñé mis manos. No tenía el derecho de pensar en eso, esto lo hacía por él. Pero quería que lo entendiera sin que se lo explicara.

—    ¿Y así es como debo olvidarme de ti?

   Volvió a hablar y yo con ganas de llorar, le dejé solo en aquel pasillo. Corrí a una habitación de la agencia, nadie podría entender estas lágrimas.

- Fin Flashback –

   Hoy, me parece hasta irónico pensar, cuántas fueron las veces que te tuve tan cerca de mí mis labios. Frente a frente y no hacíamos nada. Cuántas veces te hice las bromas más ácidas y nunca te enojaste. Cuántas veces busqué la atención de los demás, siempre obtuve la tuya, pero no me pareció suficiente y ahora que tengo la atención de los demás, solo deseo la tuya. Pero tú ya no piensas en mí.

—    Já.

   Reí de mi mismo, con la misma ironía de siempre.

- Flashback –

   Mis llantos eran silenciosos, no sé cómo llegaste al otro lado de la puerta y tocaste.

—    Yuri — Dijiste en voz suave y grave.

—    …

—    Sé que estás aquí…

   Seguí sin responder. Te escuché caer por aquella puerta, para hablar más cerca de mí oído tras la puerta. Como si supieras mi posición exacta, y es que ¿Tan bien me conoces?

—    Yuri… Si te vas a alejar — Tosió para aclarar su garganta — Voy a ser sincero contigo, para no arrepentirme luego.

   Abracé mis rodillas con claro miedo. Escondiendo mis cabeza entre estas.

—    …Te amo.

   Escuché aquel susurro como el disparo más fuerte que jamás haya oído en mi vida. Pero, ahí estaba otra vez el amor, destrozando otra amistad. Sinceramente, no me esperaba eso, pero tampoco esperaba menos. Fuiste valiente en decir esas palabras o muy tonto para no darte cuenta que nunca quise corresponder, por no poder pensarte de otra forma que no es amistad.

   Alcé mi vista, tragando saliva y mis sollozos.

—    Lo lamento…— Musité, cuando al fin pude hablar— Yo… No siento lo mismo.

   Fue la primera vez que pude escucharte tan débil y destrozado…

—    C-claro… Debí suponer que… no sería así ¿No? — Intestaste sonreír, solo consiguiendo más lágrimas. — Pero… Yo puedo esperarte, si tú me dejas hacerlo.

—    Yuyan~ No hagas eso.

—    ¿No hay oportunidad?

—    Te aprecio como amigo, pero ya he tenido un año para poder sentir cosas por ti, no creo que algún día suceda…

—    ¿Un año?

—    Te escuché, en el baño con Inoo-chan.

—    ¿A-Aquella vez?… Comprendo— Se puso de pie, en su voz tuve la extraña sensación de escuchar, su corazón destrozado. — No molestaré más.

   Te alejaste de aquel confesionario que habíamos creado, pero sé que no te fuiste en paz ni con lo que querías escuchar. Pero yo no estoy hecho para eso.

—    Lo siento — Cerré mis ojos con fuerza, de mi rostro cayeron gruesas lágrimas. Nunca había sentido un dolor tan grande en mi corazón. Eras al único que no he querido dañar y las cosas sucedieron al revés. Lo quise prevenir, pero nunca escuchaste mis señales. Idiota.

- Fin Flashback –

   El tiempo cumplió su palabra y tú también. Nos alejábamos cada vez más. Procuré llevar una relación por el grupo, sin embargo, Veía el dolor en tus ojos aún.

   Ahora, maldigo el día en que escuchó mis palabras, como quisiera estar con él, sentir sus brazos una vez más. Pero no podía ser tan inconsecuente ¿O sí?

   Me hice cercano a Yama-cha. Él era una persona sin igual, me hacía reír y me gustaba llamar su atención, ahora vivía para ello. De alguna forma busqué olvidarte, pero eso me llevó a preguntarme; ¿Por qué pongo tanto empeño en algo que se supone no existe? Entre nosotros no hay nada, solo te gusté y ya.

   Tan apegado estuve de Ryosuke que tú simplemente me olvidaste, lo sé, es culpa mía, pero ¿Acaso no puedes leer mis ojos ahora? ¿No ves que te necesito? Y tú tan solo ríes con los demás y no te paseas por mi rostro, ni siquiera un mísero segundo ¡Tan fácil me olvidaste, idiota!

   Si tuviera la posibilidad de golpearte sin explicación, entiéndeme que lo haría. Mis puños sudan en rabia e impotencia, he intentado llamar tu atención discretamente, pero eres tan estúpido que ni cuenta te das. No soy capaz de enfrentarte, mi orgullo no me lo permite.

   Y así es como duele amar a Takaki Yuya, ardiendo en una ilusión, en una especial ilusión, en que algún día se de cuenta, que mis sentimientos por él han cambiado, pero nunca llegará; aún no me acostumbro al hecho de compartirte y eso que ya han pasado más de tres años… siento que no puedo detenerlo y solo quiero saber si esto es algo bueno o una estupidez más, de las que me enseñaste con tu curiosa forma de ser.