mayo 02, 2013

"Apeuda, cham apeuda" [Inoodai]


[Nota: No muchas personas entenderán este angst drabble, y lamento esa incapacidad mía, para la próxima le pondré mejor redacción. Perdón y gracias.]
  

   Takaki sostenía el celular de Inoo y hacía ‘clicks’ en la pantalla de su computadora. Era una tarea que él, no podía hacer.

—    Cambié tus claves—. Dijo el castaño.

   Inoo asintió con los ojos llorosos, oculto en sí mismo, no quería ver, no podía ver. Terminar con su novio, por algo que no podía dejar en claro, no era más que un dolor punzante y eterno.

—O—

   Y justo las negras nubes, dejaron caer sobre sus hombros, gotas de fría lluvia, devolviendo su cabello a su estado natural; tan liso, que podría resbalar cualquier cosa.
   Divagar y vivir como un alma en pena, es lo que estaba pronosticado para su futuro, sus ojeras notorias y su nula sonrisa, hacían la pareja perfecta para esa tarde, tan apocalíptica.
   En sus manos, llevaba el recuerdo de muchos días que estuvieron en su casa. En sus manos, iba su despedida, tan abrupta que ni espacio para pensar quedó, porque tal vez, no podía darse ese lujo.
   Sacó un plumón, de esos especiales y con una letra tan grande escribió el nombre de su amado en el cartón, esperando que no desviara su camino. Tragó su propio dolor y se armó de valor, para dejarlo ir a su destinatario.

—O—

—    ¿Estarás bien?
—    ¿Tú lo crees? — Su voz sonó tosca. Tomó un sorbo de su vodka —. Creo que… el amor es demasiado cruel, cuando lo llegas a conocer demasiado…
—    ¿Pero él te hizo sufrir?
—    No, él no. Su amor fue lo más hermoso que voy a tener jamás en mi vida…
—    ¿Fue demasiado perfecto?
—    ¿Sabías que lo perfecto es imposible? Siempre… es así…— Su voz se quebró.
—    Pero fue tu decisión…
—    No fue mía…
—    ¿De quién entonces?
—    De la vida…
—    ¿Qué harás ahora?
—    Desaparecer, olvidarme del mundo… quiero mantener su recuerdo tan puro… jamás podría reemplazarlo, tocar la piel de alguien más… prefiero vivir con el dolor de la nostalgia, seguir siéndolo fiel, aunque él no lo sepa… lo amo, y por siempre lo haré.
—    ¿Es en serio?
—    Yo sé que en el fondo de tu corazón, Yuya… tú me entiendes. — Guardó silencio, bebiendo su trago al seco—. Es como si una katana me hubiese atravesado y como si jamás fuera a salir de mí. Es el precio de que debo aprender a pagar… por un amor imposible.


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