Sus cumpleaños siempre habían sido buenos, pero cuando conoció a su novio, muchos de sus días especiales, se veían afectados, y esta vez, no iba a ser la excepción. Kitakawa había enviado a Inoo a un viaje fuera de la capital y este, ni siquiera se había dignado a llamarle. Arioka se encontraba escuchando música en un parque cercano a la agencia y es que estaba esperando a poder menguar su enojo. ¿Por qué nunca podía tener un buen día de cumpleaños o aniversario en este último tiempo? Le dolía.
—Eres un idiota, Inoo Kei… — Sus murmullos temblorosos, salían de sus labios, mezclados con unas cuantas lágrimas que rodeaban sus mejillas. No quería llorar, pero le dolía, cuando la persona que más amaba, olvidaba su cumpleaños.
No había tenido buenos días, incluso las peleas con sus padres habían aumentado, porque permanecía mucho tiempo fuera de casa, por ir a ver a su novio, nada iba bien este día y le frustraba, no poder parar de llorar, levantarse e ir a su casa, a comer el pastel que su madre había comprado.
—¿Por qué será que aun siento que es 14 de abril…? —Sonrió amargo.
Vio las personas pasar, reír y niños jugar y él seguía estando ahí, por horas, hasta de que pronto recibió el llamado de su madre, preocupada.
—¿Dai-kun, estás bien?
—Hm, Sí, mamá, no te preocupes, ya voy a casa— Dijo, secándose sus lágrimas, intentando parecer fuerte.
Se puso de pie, con total decisión que a partir de ese día, nunca más iba a esperar algo de aquel chico; No era lo suficientemente fuerte para poder terminarlo, ya que le amaba de una manera sobrehumana, pero, su confianza se había partido en miles de fragmentos y completamente decepcionado, de todas las veces que aguantó, que su ilusión se desmoronara.
Llegó a casa con un semblante grisáceo, su madre preocupada consultó si se hallaba con ganas de celebrar, a lo que Arioka negó; diciéndole que todo estaba bien, que siguieran los planes que había preparado.
Subió a su habitación y entró a esta sin si quiera encender las luces.
—No dejaré que lo arruines otra vez, Kei…—Susurró para sí, dejándose caer en la cama con total desgano.
Ya eran las 9 de la noche y ni un signo de felicitaciones de parte del pianista. Arioka luchó por no volver a llorar, pero le era imposible. Estiró su brazo para alcanzar la cajita de pañuelos, sintiendo una sensación algo extraña en su mano; No era algo que recordaba hubiese dejado encima de su velador.
—¿Uhm? Levantó la cabeza y buscó el interruptor de su lámpara, encontrándose con un peluche de Android y una pequeña tarjetita a un costado, de parte de “Inoo Kei”.
Sonrió como un idiota, leer esas palabras, eran como si una mano de su novio, estuvieran secando sus lágrimas y besando su frente, calmando su estado.
“¡FELIZ CUMPLEAÑOS, DAI-CHAN! No sabía qué regalarte, hasta que pensé un poco; “Dai-chan siempre es innovador, así como la tecnología” Así que encontré esto en el mercado, me recuerda mucho a ti, así que espero que lo cuides mucho, nee? Te amo”
“¡FELIZ CUMPLEAÑOS, DAI-CHAN! No sabía qué regalarte, hasta que pensé un poco; “Dai-chan siempre es innovador, así como la tecnología” Así que encontré esto en el mercado, me recuerda mucho a ti, así que espero que lo cuides mucho, nee? Te amo”
De a poco, se sintió un estúpido ¿Hace cuánto que eso había estado ahí y él había sufrido todo el día? Sonrió, botando sus últimas lágrimas, pero estas de emoción. Abrazó el verde peluche y lo mordió suavemente, como si fuera su novio.
—Es como si recién, hubiera comenzado mi día…—Comentó en solitario, su corazón reparándose al instante.
Waaaa ;O; que bonito!
ResponderEliminarwaaaa pobre dai pero que lindo Inoo *Q*
Gracias Dalia ;______; ♥
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