Al siguiente
día, me sentía mucho mejor. Fui más intenso con el ensayo junto a Omura-san.
Nos felicitaron por el empeño puesto. La presentación final, se haría dentro de
un mes en Tokyo y que la academia de Osaka iría dentro de 2 semanas más para
afinar los detalles.
Cuando nos
desocupamos, Omura me pidió que la acompañara al centro comercial, porque
necesitaba comprar zapatillas de baile nuevas, me prometió no demorarse mucho y
que me pedía ayuda solo porque era algo de lo que yo sabía. Le creí y le seguí.
Fuimos a
varias tiendas de todo Osaka, pero entre más locales ingresábamos, más indecisa
estaba. Ya comenzaba a cansarme.
—Omura-san,
debo irme…—Le lancé.
—Oh, pero…—Me
miró con una expresión triste.
—Lo sé, aun
no compras, pero te he recomendado varias y no me escuchas. Si vamos a dar
vueltas por todo el centro comercial de Osaka, debo decirte que no tengo tiempo
para eso. Lo siento—. Volteé mi cuerpo para irme y estaba a punto de caminar,
cuando me detiene.
—¡Chinen-san!
—Vociferó.
—¿Uhm? —Medio
giré, para dirigirle la mirada por el costado.
—… —Ella
apretó sus puños y se mantuvo en silencio.
—¿Qué sucede,
Omura-san?
—No, nada…
lamento pedirte que me acompañaras, pero si no querías, simplemente no debiste
hacerlo.
—No es no
quisiera, Omura-san, pero tengo algo que hacer.
—¿Y por qué
no me dijiste eso, antes de decirme esas palabras tan hirientes y hacerme
sentir así? —La chica comenzó a sollozar y no sabía bien qué hacer.
—Omura-san…—Me
acerqué a ella—. Lo siento yo…
—Olvídalo,
Chinen-san— Se apartó—. Vete y haz lo que debas, me las sé arreglar sola—Sus
ojos se tornaron color indiferencia.
Apreté mis
labios y le vi irse. Mi mente me decía que lo correcto era seguirla, pero
simplemente volteé y caminé rápidamente a la casa de Takaki.
Cuando
llegué, notó mi semblante extraño y de culpabilidad.
—¿Qué te
pasa?
—N-nada… es
solo cosas de la academia…
—¿Y no soy de
tu confianza para que me cuentes?
—No es eso…
simplemente, no quiero confundir trabajo con mi vida personal…
—Ah…— Takaki
rió y me lanzó un Joystick. —Vamos a jugar.
Tomé el mando
y me senté a su lado en la cama, hace tiempo que no jugaba con alguien. Puso un
juego de zombies en donde los dos éramos un equipo y debíamos cubrirnos las
espaldas.
—¿Has jugado
a este?
—En mi vida…
—Bueno, no es
distinto a los demás, así que no creo que se te haga difícil.
—Será mejor
que me cubras bien.
—Como tú
ordenes…—Yuya sonrió ladino y comenzó el juego.
De momento,
iba probando para qué servían las distintas funciones y de a poco, le agarré
más confianza al juego, hasta que ya me sentía seguro en una zona de confort.
—¡Takaki
atrás de ti! ¡Dispara! ¡Dispara!
—¡Eso hago,
pero se me acaban las balas!
—¡Cambia el
arma, idiota!
—¡Sí, sí!
Le grité no
sé cuántas veces a Takaki, de a poco, comencé a tomarme el juego más personal y
no quería que nos vencieran. Pasamos unas 10 etapas sin problemas.
—¡NOOO!
¡Vamos a perder! ¡Takaki juega bien!
—¡Ya me dio
hambre!
—¡Solo esta y
lo pausamos!
—Está bien,
está bien.
Disparaba
como si de eso dependiera mi vida y Yuya no lo hacía nada de mal. Nos
estresamos hasta que logramos vencer la etapa.
—Ahhh~ ¡Qué
divertido fue~!
—¡Jajaja, lo
divertido fue como me gritabas para que cubriera tu espalda y terminabas
matándome a mí!
—¡No seas
mentiroso, solo sucedió una vez y tú me mataste como seis veces! —Le golpeé
suave en el hombro y él tomó mi mano y la tironeó, para acercar nuestros
cuerpos. Tuve su rostro frente al mío y me sonrojé sin querer. —H-hey, ¿Qué
haces? —Nuestros ojos se vieron un buen rato.
Takaki plantó
sus labios en los míos y me absorbió con aquel beso. Me sorprendí y sin
pensarlo mucho, me dejé llevar por un momento. Su boca se movía lenta pero
pasionalmente sobre la mía, era extraño porque si hubiese sido cualquier otra
persona, la hubiera apartado, pero era Takaki; La persona que me hacía sentir
seguridad e inestable a la vez. Lo besé también e incluso puedo llegar a decir,
que sentí su lengua por un minuto. Mi corazón latía rápidamente y mi cara
estaba muy sonrojada. Pero de pronto sentí una mano ajena, en mi pierna e
instintivamente abofeteé al chico, apartándolo a golpes.
Nos miramos
en silencio y yo sin saber qué había hecho, bajé la mirada y tomé mis cosas
rápidamente para irme.
—¡Yuri!
Me detuve
presionando la manilla de la puerta.
—Lo siento…
Abrí la
puerta y me fui.
Huí de ahí.
¿Por qué había hecho eso? O ¿Por qué correspondí? Todo fue instinto… Todo fue
por experiencias pasadas y aunque Takaki siempre me defendió y nunca me hizo un
real daño… mi cuerpo no se deja ser tocado en ese sentido. Es complicado.
Reflexioné en
mi cuarto de la academia. No tenía ganas de ver a nadie e incluso apagué mi
celular para no recibir llamadas de él.
—¿Qué sucedió? —Susurré para mí. —¿Esto también es culpa del secuestro?
Comencé a
sollozar, mientras pensaba en todas las veces que había sido violado por Bossu.
Fueron recuerdos que había tratado de borrar, pero al sentir que alguien se
acercaba a mí, con esas intenciones, me paralicé y no supe qué hacer. A pesar
de ser Takaki… A pesar de ser él.
Y una vez
más, odié a Bossu, por haberme dejado estos recuerdos corporales permanentes.
Por haberme secuestrado y violado tantas veces como quiso. Por haber conocido a
Takaki en esas circunstancias, porque lamentablemente, es algo que agradezco.
No tengo
ganas de verlo, porque me siento apenado y triste. Me siento confundido y no
quiero afrontar esa situación tan incómoda.
Al despertar
del siguiente día, tenía un dolor de cabeza y los ojos bastante hinchados. Me
dieron algunas aspirinas pero no se lograba quitar. Me vestí para el ensayo,
tratando de borrar todo lo que había sido el día de ayer, aun así, al ver la
cara de Omura recordé.
—Buenos días—
Saludé cortés.
—Buenos —
Replicó ella, notoriamente indiferente.
—Omura-san…
Lamento lo de ay—
—Va a
comenzar el ensayo, será mejor que estés atento.
—¿Eh?
Su reacción
me llenó de tanta rabia, no solía disculparme con las personas y ahora que lo
hacía, me ignoraban… Simplemente fui profesional durante todo el ensayo,
intentando no explotar en discusiones frente a todos. Al finalizar el día de
trabajo, fui directo a mi habitación, totalmente cansado mental y físicamente.
Simplemente quería que estos días pasaran pronto, quería mi casa, mi madre, mi
soledad.
Encendí mi
celular e inmediatamente comenzaron a llegar las llamadas perdidas y los
mensajes de Takaki. No quería leerlos, pero una vez abrí uno, terminé por
abrirlos todos.
[SMS]
“Yuri;
¿Estás bien?”
“Yuri;
De verdad lo siento, yo… no pensé que reaccionarías así, no era mi intención
hacerte daño, por favor, perdóname…”
“Yuri; ¿Estás molesto? ¿Podemos hablar?
“Yuri; ¿Estás molesto? ¿Podemos hablar?
“Dime
dónde nos podemos encontrar y voy, si quieres vas con alguien de confianza, si no
quieres verme a solas”.
“Yuri,
no quiero perderte…”
“Por
favor, contéstame algo, si quiera que estás bien…”
“Yuri…
Lo siento”
“Está
bien, si no quieres responder, lo entiendo, pero por favor… dime sólo si estás
bien”
Revisé cada uno, pero mi duda aumentaba aún más ¿Qué le digo? ¿Qué hago en esta situación?
Revisé cada uno, pero mi duda aumentaba aún más ¿Qué le digo? ¿Qué hago en esta situación?
[SMS]
“Estoy
bien. Gracias”
Fue todo lo
que le contesté, no supe cómo decirle lo que estaba sintiendo. El instante
recibí una llamada de Takaki, suspiré y contesté.
—¿Uhm?
—¡Chinen!
Lamento llamar, pero no estoy satisfecho con tu respuesta… ¿Realmente está todo
bien? Yo… me equivoqué, ni siquiera pensé en lo que hice, yo… yo—Su voz se oía
desesperada.
—Takaki,
tranquilo… —Le susurré a punto de llorar. —Estoy bien, no es tu culpa… pero por
ahora necesito tiempo, no voy a volver a visitarte, ni quiero que tú lo hagas.
Lo siento— Colgué el aparato y volví a apagarlo.
[1 mes después]
Los días que
restaban en Osaka, me transformé en un máquina profesional. La relación con Omura
intenté recuperarla antes de volver a Tokyo, en realidad no sé si me perdonó,
ni tampoco me importaba, pero hago lo que puedo. Takaki me respetó y no me
buscó, me dio mi espacio y yo de a poco, comienzo a hacerme la idea que no lo
volveré a ver. La presentación final es este fin de semana y nuestro profesor
no está contento con nuestro desempeño, a pesar de que Omura y yo tratamos de
ser profesionales, se nota una tensión particular, no quiero que salga mal, por
algo tan básico, así que intento ser amable cada día con ella.
El día de la
presentación mi madre me dijo que lamentablemente no podría ir a verme, por un
tema de trabajo y mi hermana me dijo algo parecido. Realmente estaba
acostumbrado, pero sí, me desilusioné un tanto, ya que era uno de mis primeros
solos… me imagino que nunca se puede obtener todo lo que se quiere…
Al llegar
allá, todo era un caos, veía tantos trajes y maquillajes, yo debía cambiarme y
maquillarme tres veces. El espectáculo se dividía en tres partes, la primera
era “Inocencia” la segunda parte era “La furia” y la tercera era “Vida”. Para
iniciar debería vestir pantalón y camisa blancas, como un ballet clásico. En esa
parte debía bailar sin Omura, si no que hasta la segunda parte que es donde
aparecía ella.
El show
comenzó, yo estaba tras bambalinas esperando la hora de aparecer, mi corazón no
paraba de latir, cerré mis ojos y entré al escenario. Mi cuerpo se dejaba
llevar por la música y mientras estuve ahí, relacioné que la historia que
bailaba, era algo que quería dedicarle a Takaki. La primera parte trataba de un
niño que vivía feliz con sus padres, hasta que por un accidente, los mayores
fallecieron, dejando al niño huérfano.
Todo salió
bien.
Al terminar
la primera tanda, debía correr a los camarines, para ser maquillado, ahora más
dramáticamente. Peinaron mi cabello hacia atrás y ensombrecieron mis cejas y
mis ojos, creando una mirada mucho más seria. Pintaron mis mejillas rojas con
sombras negras. Mi traje eran harapos negros y rojos. “La furia” trataba de que
el mismo niño, comenzó a crecer sin sus padres y a conocer lo que era la vida.
Cae en un estado de depresión y rebeldía, pero conoce a una chica con la que
comparte sus sentimientos. Ahí es cuando ingresa Omura, que estando vestida muy
parecida a mí, me dice antes de que comience la función:
—Chinen-kun…
—¿Uhm?
—Hagámoslo
bien— Me sonrió sinceramente.
—…—La quedé
mirando y sonreí igualmente.
La música y
los movimientos eran contemporáneos y no tan clásicos como en la primera tanda.
Pasos más duros y posiciones exageradas. Cuando ingresó Omura, debía bailar al
son de mi furia para luego calmarme y pasar a la tercera parte.
En “Vida” la
historia trata de que el chico sueña con sus padres y luego se convierten en
mariposas, creando así el amor eterno y sin barreras. La superación a la
muerte, hechos naturales con los que debía aprender a vivir. Omura-san era la
chica que ayudó al muchacho a superar su estado rebelde y depresivo, ahora
compartían una felicidad y un equilibrio en sus vidas. Nuestro vestuario era
holgado, yo solo vestía unos jeans y Yuri-san, un vestido café hasta las
rodillas.
Al hacer la
última posición, debía levantar bien alto a Omura-san y al hacerlo, vi la
ovación de todo el mundo y por un momento creí ver el rostro de Yuya, pero no
estaba seguro, ya que luego los focos nos iluminaron por completo, y no veía a
nadie del público. Bajé a la chica y nos tomamos de las manos, junto a todos
los demás, reverenciándonos frente al público.
Al volver a
los camarines, estábamos todos contentos, el director nos felicitó, diciéndonos
que quería repetir la experiencia. Mi corazón latía aliviado de haber hecho las
cosas bien, de que con Omura, las cosas no siguieran tensas y me sentía
tranquilo con mi desempeño. Me bañé y vestí, para salir de ahí. Todos se irían
a celebrar y me estaban invitando. A lo que respondí que debía volver a casa
porque mi madre me estaba esperando con una cena por no haber podido ir a
verme, lo entendieron. Pero era mentira. Simplemente quería cerciorarme de que
lo que había visto, era real o no.
Al salir de
ahí, no vi a nadie parecido al chico y me decepcioné un poco. No sé si
realmente esperaba que estuviera allí o no, pero creo que una parte de mí lo
deseaba. Salí del teatro, ya era de noche y suspiré. Bajé las escaleras y me
percato que había una persona con un traje, un ramo de flores y niño pequeño.
—Felicidades,
Yuri…—Su sonrisa se hizo presente y me ofreció el ramo de flores.
—¿E-EH? —Aún
no reaccionaba ante la escena y luego veo como un pequeño niño de unos 3-4 años
se me acercó.
—Tío, ¿Él era
el chico?
—Sí, él es.
—Quiero ser
como usted… —El muchachito me miró ilusionado y yo sorprendido.
—¡HAHA!
Venga, que ya estás incomodando al tío—Le dijo Takaki al menor. Se acercó a mí
y me entregó las flores. —Felicidades, Yuri. Ha sido una gran presentación…
—Tío ¡Te
pusiste a llorar!
—¡¿EH?! ¡Calla! Takaki agarró el pequeño y lo tomó en brazos, mientras le hacía cosquillas. —¡Dijimos que era nuestro secreto!
—¡¿EH?! ¡Calla! Takaki agarró el pequeño y lo tomó en brazos, mientras le hacía cosquillas. —¡Dijimos que era nuestro secreto!
—Lo siento… —Dijo
con voz tierna.
Yuya había
llorado con mi presentación, eso me hacía muy feliz, ya que dentro de mi
corazón, se la había dedicado a él, sentía que la historia lo representaba y
que podía hacerse fuerte, porque la vida continuaba. Era mi forma de
demostrarle apoyo, ya que no conocía otra forma.
—Ah, verdad.
Él es mi sobrino, de quien siempre te hablé ¿Recuerdas?
—A-ah… Sí—Dije,
aun atontado por todo lo que estaba sucediendo.
—¿Quieres que
vayamos a celebrar? Te invito a lo que quieras, mi hermana debería pasar a
buscar a mi sobrino dentro de poco.
Lo miré, veía
una sonrisa tan sincera, y mi corazón también latía tan pacífico, que
simplemente acepté.
Pasó un auto
que tocó la bocina y Takaki llevó al menor dentro del carro. Yo me quedé viendo
las flores un momento, sonreí sin darme cuenta.
—¡Adiós Tío,
Adiós amigo de mi tío. Cuando crezca será como tú! —Se despedía con su manita y
sus palabras me retumbaban en mi cabeza, creando una sensación de bienestar.
—¡No me
dejaré ganar fácilmente! —Le contesté.
—¡HAHAHA! ¡Ya
quiero ver eso! —Rió Yuya.
Nos
despedimos del chico, mientras se alejaba en el auto y el castaño tomó mi bolso,
para llevarlo. Me sonrojé levemente por toda la escena, no esperaba este final
del día, pero definitivamente es el mejor.
Fuimos a
comer a un local que estaba en el corazón de Tokyo, cenamos Yakiniku, bebimos
algo de alcohol y conversamos de cosas banales, sin tocar el tema sucedido en
Osaka.
Cuando llegó
la hora de despedirnos, me ofreció ir a dejarme a casa. Acepté y fue entonces
cuando una idea cruzó por mi cabeza y no sabía si era correcta o no, pero debía
intentarlo una vez. Quería superar mis miedos, porque no iba a permitir que el
fantasma de un violador rondara por mi vida hasta mi muerte; Lo invité a pasar
a mi casa. No había nadie, mi madre al parecer se había quedado trabajando.
Suspiré.
—Takaki…
sobre la otra vez…
—¿Eh? Hey,
Yuri. No tienes por qué hacerte esto, yo sé muy bien lo que viviste y lo
entiendo mejor que nadie…
—Lo sé… es
solo que quiero aclarar algo — Lo miré, tragando saliva.
—¿El qué?
—Yo… yo… tú… —Rasqué
mi nuca, cerré mis ojos y tomé aire— Creo que me gustas… y no quiero que mi
cuerpo te rechace… —mi voz tembló— Quiero superar ese miedo y sólo te
permitiría a ti esa confianza…—Susurré.
Los ojos de
Yuya se veían totalmente impactados, no sabía dónde mirar.
—¿Estás
seguro de lo que dices? Yo… no quiero forzarte a nada…
—¿De verdad?
¡No quiero que la imagen de ese hombre se me venga a la cabeza cada vez que
alguien me toca! ¡Jamás tendré una vida normal por su culpa! Quiero intentarlo…
¡No quiero que aparezca en mi mente una vez más! — Dije a punto de sollozar.
El mayor tomó
mi rostro y lentamente me besó en los labios. Tragué saliva durante ese acto y
comencé a llorar. Lo abracé por el cuello lentamente, al principio me sentía
bastante incómodo, pero de poco, con las caricias que me daba Yuya en mi
rostro, me relajé. Nuestros labios se movían de un lado hacia otro,
acariciándose como si nunca más lo fueran a hacer. Nuestros cuerpos comenzaban
a sentirse extraños y la necesidad de estar más cerca se hacía indescriptible,
al menos para mí.
—Yuri… ¿Crees
que llegue alguien ahora?
Vi en sus
ojos, una mirada distinta, algo así como desesperada, creo que él lo deseaba de
hace mucho tiempo y no sé cómo tomar eso. Agarré su muñeca y lo subí al segundo
piso, llevándolo a mi pieza, cerramos la puerta tras de nosotros y fue ahí,
cuando ya no hubo vuelta atrás.
Nos besamos
no sé cuántas veces, de mil maneras hasta caer encima de la cama. Hasta que
Yuya lentamente comenzó a correr su besos hacia mi cuello. Me tensé sin
quererlo y lamió todo el recorrido desde mi clavícula hasta mi lóbulo, cuando
llegó a éste, me murmuró:
—Relájate, no
hay que temer, porque te haré el amor, Yuri.
Mis mejillas
se alumbraron y lo abracé más fuerte, intentando esconderme en algún lugar. Su
lengua intrépida tocó todo el contornó de mi oreja y continuó con pequeños
besos en mi sienes, en mis cejas, en mi nariz, en mis labios, en mi barbilla,
en mi manzana de adán, en mi pecho y una
de sus manos se fue a uno de mis pectorales por encima de la ropa, y ahí fue
cuando sentía que el aire no era suficiente. Su otra mano trabajaba bajó mi
polo, subiendo y subiendo, sintiendo mi piel electrizada que mantenía por culpa
de sus toques. Mi pezón se endureció apenas me tocó con las yemas de sus dedos
y jugó con este, hasta que me sacó roncos gemidos. Bajó hasta mi estómago y
metió su cabeza bajó mi ropa, subiéndola mientras lamía lentamente todo mi
torso. Me quitó la playera y mi piel quedó al descubierto. Le miré a los ojos y
él, simplemente me petrificó con la suya. Era tan intensa, tan llena de
sentimientos, que me sentía hasta un poco culpable. Se separó unos segundos de mí, para quitarse
el saco y camisa, sonrió ladino mientras mis manos buscaban tocar su piel.
Volvió a mí y cuando nuestros torsos se juntaron, una sensación de calidez se
apoderó de mí, era exquisita y no quería jamás separarme de ésta. Mi cabeza de
poco entraba a un estado de locura, Las imágenes de Bossu fueron suprimidas y
reemplazadas por este nuevo concepto que venía conociendo y no quería que nada
ni nadie me lo quitara, Son memorias sagradas en este momento.
Nos
acariciamos, le rasguñé suavemente y el continuaba masajeando mis pectorales,
robándome grandes suspiros. Hasta
que sentí sus caderas presionar en las mías, lo mordí para evitar gritar por
ese movimiento. Mi respiración no estaba bien y mi cuerpo tampoco. Sentía como
algo se endurecía en mi parte baja y lo mejor, mi cuerpo aceptaba a Takaki.
Movió sus caderas hasta que ambos tuviéramos dos grandes erecciones y fue
cuándo le pedí que me ayudara.
Mientras él
me abría el cinturón y la cremallera yo hacía lo mismo con él. Debo reconocer
que tenía miedo, no quería bajar su bóxer, no quería ver en realidad, tenía
miedo de si no me gustaba lo que sucedería después. Quitó mis pantalones,
dejándome en ropa interior, pero comenzó a bajar lentamente entre besos y
lamidas, hacía el borde del elástico. Lamió la tela y presionó con sus labios.
—¡AHH! ¡YUYA!
—Le tiré de los cabellos y empuñé fuertemente mis manos.
Con sus
manos, me quitó el bóxer, dejando mi hombría a la vista. Tenía demasiada
vergüenza de ver esa escena por lo que desvié mi mirada, simplemente dejándome
hacer. Los labios de Takaki eran tan tibios, tan amables, que apenas me
comenzaron a hacer una felación todo mi cuerpo se irguió, mi espalda se
encorvó. Por su parte, me tomó de las caderas y abría ampliamente su boca,
hasta meter mi miembro completamente en
su boca. Una y otra vez, repetía la acción, hasta que mis caderas comenzaron a
moverse solas, más y más rápido.
—¡Ngh! ¡AH!
Gemía sin
querer ser oído por él, pero era imposible. Takaki tenía técnica y me apenaba a
veces, pensar que yo era incapaz de darle satisfacción, sin embargo, debo
reconocer que se sentía demasiado bien, como para cambiar de roles. Mi clímax
llegó, un calor intenso se apoderó de todo mi cuerpo, unos temblores y espasmos
hacían que todo mi semen se fuera de lleno en la boca del castaño. Estaba
sudando e ido. Mis ojos apenas se mantenían abiertos, veía todo nublado y ya no
me importaba gemir fuerte o despacio, simplemente disfrutaba del momento.
Pensé que
después de eso, Takaki se detendría. Pero no. Tomó mis piernas desde mis
caderas y las alzó. Lamió desde mi pene, mis testículos, hasta mi ano y fue
allí donde se detuvo su lengua. Depositó bastante saliva y masajeó con sus
dedos mi orificio. Mis mejillas estaban ardiendo, no sabía qué hacer, no sabía
si mi cuerpo lo resistiría, no sabía si es que bossu volvería a mi mente.
Quería olvidarlo.
Takaki bajó
sus bóxer y se masturbó un poco más para erectar su pene. Alternaba su mano, de
pronto se masturbaba y luego ingresó uno de sus dedos lubricados con su saliva.
—¡No! —De mi boca,
inconscientemente salió.
—Yuri… Calma…
no te haré daño, lo juro…—Me decía, mientras mantenía una lucha constante con
mis pensamientos.
—Yuya… ah~—Su
dedo se movía dentro de mí, no sabía cómo sentir aquel toque. Ya que todo lo
que había entrado ahí, había sido con violencia, hasta partirme en dos
prácticamente.
—Tranquilo…
Chii~— Sin sacar su dedo, me besó en los labios con tanto cariño…
Me dejé hacer
todo lo que más pude, ingresó un segundo hasta un tercer dedo, no gemía, ni
suspiraba, solo intentaba centrarme en no recordar a bossu, en diferenciar
ambos toques, hasta que lo logré, porque Takaki era tan delicado y cálido, que
jamás pensé que tener relaciones podría ser tan agradable.
Cuando ya
estaba relajado, sintiendo sus dedos ingresar y salir, solté unos pequeños
suspiros con mis ojos cerrados, pero en un momento, ya no sentía sus dedos y
luego sentí algo muy cálido. Era su miembro, ingresando en mi interior con algo
de fuerzas, ya que era más formado y grande que solo tres dedos.
—Ngh…—Encorvé todo mi cuerpo, me aferré de las sábanas hasta el punto de sacarlas. Apreté mis dientes y estiré mi cuello hacía arriba. El falo del castaño no era algo fácil de asimilar. —Takaki… Ahh…
—Ngh…—Encorvé todo mi cuerpo, me aferré de las sábanas hasta el punto de sacarlas. Apreté mis dientes y estiré mi cuello hacía arriba. El falo del castaño no era algo fácil de asimilar. —Takaki… Ahh…
—Shh…— Comenzó
a mover sus caderas, chocando en seco sus gónadas con mi trasero, oyendo aquel
sonido particular de cuando tienes sexo. Cada mete-saca era una ola de calor
ingresando a mi cuerpo, las paredes de mi ano, se intentaban acostumbrar y
lentamente lo abrazaban y presionaban, para hacerle eyacular.
Yuya soltó
unos gemidos roncos, mientras me miraba fijamente. Alzó ambas de mis piernas y
las besó, mientras se movía a un ritmo variantemente rápido. Todo iba bien
hasta que sentí un líquido tibio dentro de mí. La sensación de cosquilleo me
enamoró y gemí aún más fuerte. La mano del mayor, tomó mi miembro y comenzó a
masturbarlo, a pesar de que me negué a correrme de nuevo. Lo frotó hasta que
unas pequeñas gotas chorrearon por nuestros cuerpos y mis piernas daban
saltitos por los espasmos.
—A-Ahh… Yuya…
—Lo ví lamer todo mi semen y me pude evitar reír.
—¿Por qué te
ríes?
—No es nada…
solo qué, me apena ver estas escenas…
—¿Por qué?
—No pensé que
podría tener una experiencia así, después de haber sido violado…—miré sus ojos
totalmente agradecido— Es mi primera vez…
El mayor
sonrió y saliendo de mi interior, se recostó a mi lado, abrazándome y besándome
en la frente.
—Siempre hay
una primera vez, como nosotros lo deseamos. Te quiero, Yuri… No olvides eso, nos
sigamos viendo o no, jamás olvides que lo que acabas de hacer fue con alguien que
entregó todo su amor por ti, puro y sincero— Decía, como sabiendo que era lo
que necesitaba oír. ¿Sincero o no? No lo sé, pero soy feliz…
—¿No nos
volveremos a ver?
—Recuerda que
soy un prófugo…
Le quedé
mirando y suspiré. Lo abracé y cubrí nuestros cuerpos con algunas mantas. Le
comencé a dar pequeños besos en su pecho e incluso algunas mordidas.
—No me
alejaré de ti, huiré de los policías, pero jamás permitiré que alguien vuelva a
hacerte daño…
—No digas
mentiras, no quiero oír eso hoy…
—No lo son…
¿Sabes cuánto me he culpado todo este tiempo?
—Tus padres
fallecieron por mi culpa, no puedes sentirte así.
—La vida
sigue Chinen, ellos están en mi corazón ahora, tú estás aquí, frente a mí y si
no los tengo a ellos, ahora tú eres la persona más importante en mi vida. Eso
es lo que me has demostrado con el ballet…
—… —Desvié mi
mirada, escondiéndome en su pecho, fue jaque mate.
—Sólo
permíteme estar a tu lado y te demostraré todo lo que te digo.
—V-Vale…
¡Madre santa! Vo' a llorar, me encantó, me fascinó, es un pinche TakaChii perfecto! ¡Perfecto! Hace tanto no leía uno tan bueno de esta pareja, joder! No manches, jajaja, te quedó genial enserio, lo volveré a leer sin duda, ¿cómo es que no sabía de este? TOT, me encantó todo, de principio a fin, la trama estuvo genial y el final estuvo perfecto, lemon tenia que ser, jaja, lo amé, enserio.
ResponderEliminarMe haces tan feliz ♥ jaajaja muchas muchas muchas gracias por tus comentarios u3u
EliminarAló. ¿Leerás mi comentario de casualidad? Quiero preguntar algo, pero aH.
EliminarPero tengo ganas de más 7u7 xD.
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